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  • Psi. Cli Patricia Tello.

sábado, 16 de junio de 2018

Los problemas de la vida pueden afectar su mente y su cuerpo

Los fallecimientos, el divorcio, la pérdida del empleo y las enfermedades crónicas son algunas de las muchas situaciones que pueden traer mucho estrés y ansiedad a su vida.
Pero hasta los factores estresantes cotidianos — aquellos que usted piensa que puede manejar — pueden abrumarlo hasta trastornarle la vida y afectar su salud física y mental.
El trabajo
Ahora se trabajan más horas, hay menos personal para realizar las mismas tareas, los jefes son más exigentes e impera la discordia entre compañeros de trabajo.
La familia
Es agotante mantener el matrimonio a flote, llegar a fin de mes, lidiar con adolescentes conflictivos, criar a los hijos y cuidar de padres ancianos, a la vez que se enfrenta la dificultad de desarrollar dos carreras a la vez.
La salud física
Los dolores de cabeza, los malestares provocados por el estrés, la recuperación después de una enfermedad que haya puesto en peligro su vida y aprender a vivir con una enfermedad crónica también pueden causar estrés.

Espiritualidad y Salud Mental

La espiritualidad es la manera en que uno encuentra significado, esperanza, consuelo y paz interior en la vida. Muchas personas encuentran espiritualidad a través de la religión. Algunas personas la hallan a través música, el arte, o conectándose con la naturaleza. Otros la encuentran en sus valores y principios.

¿Cómo se relaciona la espiritualidad con la salud?

En realidad, nadie sabe a ciencia cierta de qué manera la espiritualidad se relaciona con la salud. Sin embargo, parece que el cuerpo, la mente y el espíritu están conectados. La salud de cualquiera de estos elementos parece afectar a los demás.
Algunas investigaciones muestran una conexión entre sus creencias y su sensación de bienestar. Las creencias positivas, la comodidad y la fortaleza adquirida a partir de la religión, la meditación y la oración pueden contribuir al bienestar. Incluso pueden favorecer la curación. Mejorar su salud espiritual no puede curar una enfermedad, pero puede ayudarlo a sentirse mejor. También puede prevenir algunos problemas de salud y ayudar a afrontar mejor la enfermedad, el estrés o la muerte.

Camino hacia una mejor salud

Si quiere mejorar su salud espiritual, podría intentarlo con las siguientes ideas. No obstante, recuerde que cada uno es diferente. Lo que funciona para otros puede no funcionar para usted. Haga lo que le resulte cómodo.
  • Identifique las cosas en su vida que le dan una sensación de paz interior, comodidad, resistencia, amor y conexión.
  • Aparte tiempo cada día para hacer aquello que le ayude espiritualmente. Ello puede incluir prestar servicio comunitario o hacer trabajo voluntario, rezar, meditar, cantar canciones devocionales, leer libros inspiradores, pasear por la naturaleza, tener tiempo a solas para pensar, hacer yoga, practicar un deporte o asistir a servicios religiosos.

Aspectos a tener en cuenta

Si su médico lo está tratando por alguna enfermedad, debe evaluar la posibilidad de compartir sus creencias espirituales con él. Su espiritualidad puede afectar sus sentimientos y pensamientos acerca de su situación clínica. Si piensa que sus creencias espirituales están afectando sus decisiones de atención médica, infórmeselo a su médico. Deberá informar a su médico si sus creencias espirituales le impide seguir sus recomendaciones.

Cuándo consultar al médico

Si usted tiene creencias espirituales, inquietudes o preocupaciones que le están causando estrés, hable con su médico de familia. Si su médico no lo puede ayudar con estos problemas, posiblemente le recomendará a alguien que pueda hacerlo.

Control del estrés


¿Sabes cómo ser feliz? ¿O estás esperando que la felicidad llegue sola?
A pesar de lo que retratan los cuentos de hadas, la felicidad no llega por arte de magia. Incluso tampoco es algo que sucede. Es algo que puedes cultivar.
Entonces, ¿qué estás esperando? Comienza a descubrir cómo ser feliz.
Solo un pequeño porcentaje de la variación en el nivel de felicidad informado por las personas se puede explicar por las diferencias en sus circunstancias. Parece que la mayor parte de lo que determina la felicidad se debe a la personalidad y, lo que es más importante, a los pensamientos y comportamientos que se pueden cambiar.
Así que sí, puedes aprender cómo ser feliz, o al menos más feliz.
Aunque tal vez hayas pensado, como mucha gente, que una persona es feliz por haber nacido rica o bella, o por vivir una vida sin estrés, la realidad es que, en promedio, las personas que tienen riqueza, belleza o menos estrés no son más felices que aquellas que no gozan de esos beneficios.
Las personas que son felices parecen saber intuitivamente que su felicidad es la suma de sus elecciones de vida, y sus vidas se basan en los siguientes pilares:
  • Dedicar tiempo a la familia y a los amigos
  • Apreciar lo que tienen
  • Mantener una perspectiva optimista
  • Sentir que tienen un rumbo en la vida
  • Vivir en el presente
Si has estado buscando la felicidad, la buena noticia es que tus elecciones, pensamientos y acciones pueden influir en tu nivel de felicidad. No es tan sencillo como mover un interruptor, pero puedes aumentar tu nivel de felicidad.  A continuación, te explicamos cómo comenzar el camino para crear una versión más feliz de ti mismo.
Rodéate de personas alegres. Estar rodeado de personas que se sienten felices eleva tu estado de ánimo. Y si tú estás feliz, transmites lo mismo a las personas que te rodean.
Los amigos y familiares te ayudan a celebrar los éxitos de la vida y te apoyan en momentos difíciles. Si bien es fácil pensar que los amigos y familiares son incondicionales, estas relaciones deben cultivarse.
Alimenta tus relaciones emocionales con palabras y acciones amables. Sé prudente y cortés con tus críticas. Deja que las personas sepan que aprecias lo que hacen por ti o simplemente que te alegras de que sean parte de tu vida.
La gratitud es más que decir «gracias». Es una sensación de asombro, de apreciación y, efectivamente, de agradecimiento por la vida. Es fácil ir por la vida sin reconocer nuestra buena fortuna. En ocasiones, hace falta una enfermedad grave o algún otro acontecimiento trágico para que las personas aprecien todo lo bueno que tienen en la vida. No esperes a que te suceda algo así.
Hazte el compromiso de poner en práctica la gratitud. Identifica cada día por lo menos una cosa que enriquezca tu vida. Cuando te descubras teniendo un pensamiento ingrato, intenta sustituirlo por uno de gratitud. Por ejemplo, reemplaza la frase «Mi hermana olvidó mi cumpleaños» por «Mi hermana siempre estuvo conmigo en los tiempos difíciles».
Que la gratitud sea lo último en lo que pienses antes de irte a dormir. Que también sea el primer pensamiento que tengas cuando te despiertas por la mañana.
Desarrolla el hábito de ver el lado positivo de las cosas. No es necesario que seas excesivamente optimista; después de todo, las cosas malas suceden. Sería ingenuo pensar lo contrario. Pero no debes dejar que lo negativo afecte toda tu vida. Recuerda que los aspectos positivos casi siempre superan lo que no está bien.
Si no eres una persona optimista por naturaleza, cambiar tu pensamiento pesimista te llevará tiempo. Comienza reconociendo los pensamientos negativos a medida que surjan. A continuación, da un paso atrás y hazte las siguientes preguntas clave:
  • ¿La situación es realmente tan mala como yo creo?
  • ¿Hay otra manera de ver la situación?
  • ¿Qué puedo aprender de esta experiencia que pueda poner en práctica en el futuro?
Las personas que se esfuerzan por cumplir con un objetivo o una misión, ya sea hacer trabajos de jardinería, cuidar a los niños o encontrar la espiritualidad, son más felices que aquellas que no tienen aspiraciones.
Tener un objetivo otorga un sentido de propósito, refuerza la autoestima y une a las personas. No importa tanto cuál es tu objetivo como que el proceso de trabajar en pos de lograrlo sea significativo para ti.
Intenta alinear tus actividades diarias con el significado y el propósito de tu vida a largo plazo. Los estudios de investigación sugieren que las relaciones brindan el mayor significado y propósito a la vida. Cultiva relaciones significativas.
¿Haces lo que amas? De no ser así, hazte estas preguntas para descubrir cómo hallar tu propósito:
  • ¿Qué me entusiasma y me da energía?
  • ¿Cuáles son los logros de los que me siento más orgulloso?
  • ¿Cómo quiero que otros me recuerden?
No pospongas los momentos de alegría para cuando estés menos ocupado o menos estresado. Es probable que eso nunca suceda.
En su lugar, busca oportunidades para disfrutar de los pequeños placeres de la vida cotidiana. En vez de sentir nostalgia por el pasado o preocupación por el futuro, enfócate en las cosas positivas del momento presente.

Construir lazos sociales

Las relaciones fuertes y saludables son importantes a lo largo de su vida. Sus vínculos sociales con familiares, amigos, vecinos, compañeros de trabajo y otros impactan sobre su bienestar mental, emocional e incluso físico.

"No podemos subestimar el poder de una relación para ayudar a promover el bienestar", dice la doctora Valerie Maholmes, psicóloga de NIH y experta en relaciones. Los estudios hallaron que tener una variedad de relaciones sociales puede ayudar a reducir el estrés y los riesgos relacionados con el corazón. Los lazos sociales fuertes se vinculan incluso con una vida más larga. Por otro lado, la soledad y el aislamiento social están relacionados con una salud más deteriorada, la depresión y un mayor riesgo de muerte prematura.
De niño, usted aprendió las habilidades sociales necesarias para formar y mantener relaciones con los demás. Pero a cualquier edad puede aprender formas de mejorar sus relaciones.
NIH financia investigaciones para descubrir qué causa un comportamiento no saludable en las relaciones. Los investigadores crearon programas comunitarios, familiares y escolares para ayudar a las personas a aprender a tener relaciones más saludables. Estos programas también ayudan a prevenir el abuso y la violencia hacia los demás.

¿Qué es saludable?

Toda relación existe en un espectro que va de saludable a no saludable a abusivo. Una señal de relación saludable es sentirse bien consigo mismo, con su pareja, familiar o amigo. Se sienten seguros hablando de cómo se sienten. Se escuchan el uno al otro. Se sienten valorados y confían el uno en el otro.
"Es importante que las personas reconozcan y sean conscientes de cualquier momento donde haya una situación en su relación que no se sienta bien o que los haga sentir menos de lo que son", aconseja Maholmes.
Es normal que las personas no estén de acuerdo una con otra. Pero los conflictos no deben convertirse en ataques personales. En una relación sana, pueden estar en desacuerdo sin lastimarse y tomar decisiones juntos.
"Ninguna relación debe basarse en esa dinámica de poder en la que alguien constantemente esté rebajando al otro compañero", dice Maholmes.
Si creció en una familia con abuso, puede ser difícil como adulto saber lo que es saludable. Puede sentir que el abuso es algo normal. Hay varios tipos de abuso e incluyen lo físico, sexual y verbal o emocional. Herir con palabras, descuidar y retener afecto son ejemplos de abuso verbal o emocional.
En una relación no saludable o abusiva, su pareja puede culparlo por sentirse mal por algo que hizo o dijo. Puede decirle que es demasiado sensible. Rebajarse hace que usted se subestime y lo mantiene bajo el control de otros.
En una relación sana, sin embargo, si le dice a su pareja que algo que dijo hirió sus sentimientos, el otro se sienten mal por hacerle daño. Intenta no hacerlo de nuevo.
El abuso en una relación íntima se llama violencia doméstica o de pareja íntima. Este tipo de violencia implica un patrón de conductas utilizado por una persona para mantener el poder y el control sobre alguien con quien está casado, convive o sale actualmente o lo hizo en el pasado. Un patrón significa que ocurre una y otra vez.
En una relación no saludable o abusiva, es posible que no se le permita pasar tiempo con su familia, amigos y otras personas de su red social.
"Una de las señales que es realmente importante en las relaciones donde hay violencia de pareja íntima es que el compañero que está siendo maltratado se aísla lentamente de la familia, los amigos y las redes sociales", dice Maholmes. "Esas redes sociales son factores de protección".

Aprenda a manejar su ira


La ira es una emoción normal que todo el mundo siente de vez en cuando. Pero cuando usted siente una ira que es demasiado intensa, o cuando la siente con demasiada frecuencia, puede convertirse en un problema. La ira puede poner presión a sus relaciones o provocarle problemas en la escuela o el trabajo.
El manejo de la ira puede ayudarle a aprender maneras saludables de expresar y controlar su ira.

Qué es la ira

La ira puede ser desencadenada por sentimientos, personas, eventos, situaciones o recuerdos. Usted puede sentir ira cuando se preocupa por conflictos en el hogar. Un compañero de trabajo autoritario o un tráfico pesado en su viaje al trabajo pueden hacerlo sentir enojado.
Cuando usted siente ira, su presión arterial y su ritmo cardíaco aumentan. Ciertos niveles hormonales se incrementan, provocando un estallido de energía. Esto nos permite reaccionar de forma agresiva cuando nos sentimos amenazados.
Siempre habrá situaciones en la vida que lo harán sentir enojado. El problema es que en la mayoría de los casos, responder agresivamente no es una buena forma de reaccionar. Usted tiene poco o nada de control sobre los factores que le provocan ira. Pero puede aprender a controlar la reacción.

Quién necesita asesoría para el manejo de la ira

Algunas personas parecen ser más propensas a la ira. Otras pueden haber crecido en un hogar repleto de ira y amenazas. La ira excesiva provoca problemas tanto para usted como para las personas que lo rodean. Estar enojado todo el tiempo aleja a las personas. También puede ser malo para su corazón y provocar problemas estomacales, dificultades para dormir y dolores de cabeza.
Usted puede necesitar ayuda para controlar su ira si:
  • A menudo se involucra en discusiones que se salen de control
  • Se torna violento o rompe cosas cuando siente ira
  • Amenaza a otros cuando siente ira
  • Ha sido arrestado o encarcelado a causa de su ira